sábado, 20 de junio de 2015

CONSEJOS PARA MEJORAR RESULTADOS

                                      CONSEJOS PARA MEJORAR RESULTADOS

1. General
     Si hay algo que más odia un profesor es que no se le haga caso cuando habla y cuando      corrige un error del tipo que sea. Cuando habla porque no puede comunicar todo aquello que está deseando transmitir, es decir, habla para sordos, para las paredes, no hay comunicación. Y cuando corrige porque aparece la sombra de que el alumno no asimila las correcciones, y puede llegar a pensar eso de «¿Para qué trabajo yo tanto si no sirve para nada?»: el alumno repite una y otra vez los mismos errores ya corregidos. Hay personas que, ante este hecho, se desmoralizan, se desmotivan, tiran la toalla, piensan razonablemente que un alumno determinado nunca aprenderá y, por consiguiente, piensa que es bobada continuar, es perder un valioso tiempo. En cambio, otras personas siguen y siguen (paciencia y cabezonería productiva) para ver si en algún momento ese alumno de mente distraída se centra  alguna vez y comienza a aprender lo que tiene que aprender. Si después de todos los esfuerzos, un alumno sigue igual, entonces es que ese alumno tiene un problema grave.
Consejo: escuchar y asimilar las correcciones para no repetir los errores tiene premio. El profesor percibe que el alumno es bueno y que merece la pena trabajar con él y para él. El resultado es que ese alumno obtiene mejores notas.
2. Tareas
     Otra de las causas de desmotivación y de percepción muy negativa del alumnado es que el alumno no haga en casa lo que tiene que hacer: leer un documento (artículo, capítulo de un libro, texto elaborado por el profesor, etc.), consultar alguna página web, buscar información de diversas fuentes, elaborar un documento… Y si, además, la lectura o la elaboración de un documento es requisito previo para poder hacer una determinada actividad, la pecepción que tiene el profesor de ese alumno es desastrosa: el alumno «pasa» de la asignatura. Ante este hecho se puede actuar de dos formas: a) pasar también del alumno, b) darle un ejemplo para que vea que es un impresentable, y no pasar de él, sino todo lo contrario.
Consejo: cumplir con las tareas tiene premio. El profesor percibe que el alumno es serio y responsable y que el tiempo dedicado a él ha estado muy bien empleado. El resultado es que el alumno obtiene mejores notas.

3. Trabajos

·         No hay nada que más moleste a un profesor que un alumno presente un trabajo copiado de cualquier fuente. Ello se ve ya desde la primera línea; nada más empezar.a leer, uno ya se da cuenta de lo que hay. El alumno no es consciente de que el profesor es persona «leída», que sabe su materia y las fuentes de donde un alumno ha sacado la información. Además, si el profesor tiene experiencia, en pocos segundos desmonta un trabajo copiado.
·         La presentación es crucial. No es necesario gastar dinero. Me refiero a la calidad de la presentación en su sentido más extenso: estructura coherente del trabajo, contenido relevante, uso de bibliografía actualizada, márgenes, divisiones internas en apartados y subapartados, tipo y tamaño de la letra, imágenes significativas, forma de citar señalada por el profesor, etcétera.
·         Redacción, ortografía y ortotipografía. Un trabajo defectuoso en este campo es la causa de que la valoración sea muy escasa; es decir, puede dar al traste con todo el tiempo empleado por un alumno en la elaboración del trabajo. Por redacción me refiero a párrafos o fragmentos que no se entienden; es decir, no se sabe qué es lo que el alumno quiere decir exactamente., o fragmentos directamente mal escritos por escaso dominio de la lengua. En cuanto a la ortografía, no hay mucho que decir: un trabajo con faltas de ortografía (literal, acentual, de la palabra y puntuación) no debería ser evaluado; en este caso, el alumno debe repetirlo y presentarlo decentemente. Por su parte, la ortotipografía (ortografía técnica) tiene que ver con la competencia textual escrita en su aspecto tipográfico: reglas por las que se rige la composición de un texto impreso mediante recursos tipográficos: presentación de apartados, subaparatados, clasificaciones, confección bibliográfica, formas de cita en el cuerpo del texto, forma de cita en las notas a pie de página, formas de hacer cualquier referencia, confección de índices, etcétera.
4. Exámenes
     Para tener éxito en los exámenes no es suficiente saber los contenidos; se requieren habilidades concretas y estrategias de exposición:
·         Reproducir sin más la información contenida en los apuntes demuestra que el alumno tiene muy buena memoria pero también que es incapaz de hacer algo por su cuenta. Siempre que se pueda, hay que introducir información relevante obtenida de cualquier fuente o pensada por el propio estudiante cuando el tema lo permita.
·         Siempre hay que poner ejemplos de todo lo que se diga: una teoría sin pruebas (ejemplos) no sirve absolutamente para nada. En argumentación, un tipo de argumento es, precisamente, el ejemplo (argumento por el ejemplo). En la vida real: denunciar sin pruebas. En este caso, las consecuencias son dramáticas para quien denuncia sin pruebas. En la argumentación científica, la falta de pruebas tiene como consecuencia que la supuesta tesis se queda en una simple opinión fácilmente rebatible. En los exámenes los ejemplos son obligatorios; de otra forma, la valoración y calificación es muy escasa.
·         Presentación del examen. No debería aceptarse un examen incorrectamente presentado: sin márgenes, con letra ilegible (el estudiante debe ser consciente de que otra persona leerá lo que ha escrito), con tachones, con correcciones tipescas (el típex es enemigo del estudiante), sin orden ni estructura del contenido, con faltas de ortografía (y repetición una vez más de aquellos errores corregidos por el profesor [¡ello es indignante!], mal redactado (no se entiende lo que el alumno quiere decir), con información grotesca (las tonterías que a veces se dicen) e irrelevante (información no ajustada a lo que se pregunta). Todo ello hace que el alumno demuestre que no es competente y, por lo tanto, no debe ni puede superar la pueba.
Consejo: convertir en positivo todo lo negativo y el resultado será extraordinario.

5. Exposiciones orales
     Ya tenéis alguna información al respecto. Ahora solamente voy a insistir en algunos aspectos básicos:  hablar despacio, vocalizar, no transmitir nerviosismo ni mostrar que se tiene prisa por acabar («Acabar antes de empezar»), no correr por pretender comunicar mucha información, ajustarse al tiempo establecido y dominar el tema que se aborda. Si la exposición se hace sentado, no jugar con objetos ni tocarse el pelito constantemente. Si la exposición se hace de pie, no balancearse como bandera al viento, ni contonearse ni bailar (el contexto-situación no es una discoteca ni un bar musical), no moverse de un lado para otro como tigre enjaulado ni pegarse a objetos inertes (no hay que esconderse ni formar parte del decorado). Las manos deben verse; por lo tanto, no hay que ocultarlas en los bolsillos. Quien escucha desea recibir información coherente, estructurada y entendible. Si se expone texto escrito, lo peor que se puede hacer es presentarlo de forma desordenada y con errores. Sería información defectuosa e impresentable.

Consejo: preparación, competencia, dominio de la situación e ilusión por transmitir información; alegría en la exposición y énfasis en puntos concretos del contenido.


Fuente: José Vidal Torres.

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